Lo único que llevabamos seguro era ir al Papalote y a Six Flags.
El Papalote tiene un montón de exhibiciones. Yo creo que es más divertido para los niños, pero aún para los adultos es muy entretenido. Recorrimos el museo. Me encantó un mecanismo grandísimo de pelotas en un circuito tubular, tipo máquina de Rube-Goldberg contínua. Junto a los baños de la pantalla Imax hay otra pequeña, que tiene como 5 trayectorias distintas y otra adicional. Hay una cama de clavos que obviamente no lastiman ("¿porqué amigo?... porque tu peso se distribuye"). Hay una fuente que se activa al tomarse de la mano dos personas paradas en unas bases junto a ella. Hay un generador Van de Graaf con el que se le pararon los pelos a Nena. El Imax no nos interesó porque acá hay una, pero entramos al Domo (que es un planetario) a ver la "Sonic Visions" porque me gusta Moby... aguas, es una animación casi en la onda de las visualizaciones de los reproductores de MP3.
Six Flags es grandísimo. Una recomendación: Si tienen planeado subir a las montañas rusas, suban de último a la Medusa. O mejor: evitenla. Tiene una retorcida armazón de madera que al recorrerla hace vibrar los carritos como en tren pero a lo bestia, resultando en tortícolis para un par de días. Yo cometí el error de treparme primero ahí y quedé sin ganas de subirma a otra cosa. Aún asi nos subimos al Splash, que yo pensé que solo mojaba para afuera, pero nos tocó un carrito que me empapó todo. Yo me subí a los Go-Karts, que me encantaron, y Nena se trepó a la Canoa Krakatoa y al Rio Salvaje (esta vez con impermeable). Por todo lados hay juegos de destreza y tiendas de recuerdos y comida.
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